Cuánto me cabrea la separación de la ciencia y las letras. No porque yo haya estudiado Humanidades y salga forzosamente "mal parada" en las valoraciones más merluzas (eso dejó de molestarme hace años), sino porque cuando el tiempo pasa y el pensamiento no avanza, no nos estancamos: retrocedemos.
¿Aún estamos con éstas? ¿Aún ese tufillo a moral católica detrás de "la cultura del esfuerzo", del "yo tardé 10 años en sacarme la carrera"? ¿Es que el sufrimiento todavía "engrandece"? ¿Aún ese discurso rancio de la abuela sobre el novio de su nieta, que es INGENIERO? Pone los pelos de punta.
¿Es mi impresión o, lejos de entender cada vez más el conocimiento como algo global, cada vez hacemos una lectura más pobre de la realidad?
Acerca de este tema, y de la oportunidad de ampliar nuestra visión, leo este artículo en Campus.
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2 comentarios:
No sé qué tendrá que ver la cultura del esfuerzo (que ojalá recuperáramos) con no sé qué moral católica. A ver si va a resultar ahora que esforzarse es malo, tócate las narices.
"Yo es que soy de letras". He visto criticar a gente de ciencias por no haber leído el Lazarillo. El equivalente de eso en ciencias sería por ejemplo comprender que el tiempo se ralentiza a velocidades cercanas a la luz o cuerpos de gran masa. Sin embargo nadie se escandaliza por que un periodista no conozca la diferencia entre un voltio y un amperio o entre velocidad y aceleración. El equivalente a saber leer y escribir para alguien de ciencias. Los prejuicios los tenemos todos.
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